
Con cuatro álbumes ya publicados e innumerables conciertos a sus espaldas, Asma es una de esas bandas en las que el rock intenso y expansivo contrasta de forma hermosa con la melodía.
Aunque el dúo cántabro remonte su carrera una década atrás, la evolución capturada en sus últimos discos y -especialmente- en «El tiempo no sabe quién eres» de 2021, les consolida en un lugar aparte y propio, como autores de canciones que cautivan según avanzan las escuchas. Ahora Almudena La Torre (Emilio Manso) y Juan Aguirre (Mapa mudo, Bañaperros, El primer hombre, No) publican su quinto trabajo de estudio, titulado «Fantasma», el cual ha sido grabado a medias entre Estudio Brazil, con Javier Ortiz en Madrid, y Estudios Terraforma, con Ibán Pérez en Hio.
Aunque el impacto inicial nos llegue desde la explosión sónica, detrás de su contundencia existe un cierto desahogo, que se irá desgranando a lo largo de canciones con una contención magistral. Pues «Fantasma» es un álbum sobre la ausencia, sobre personas que han formado parte de tu vida y luego desaparecen y, como tal, la banda articula dicho control de las aristas de su sonido con tal de expresar la emoción y la incertidumbre que produce convivir y comprender la idea de vacío.
El disco empieza con un tema explícitamente oscuro, como es «Tanto tiempo». Canción sobre cómo, con el tiempo y todo lo que nos rodea, las relaciones de amistad se pueden ir erosionando. Luego «Palabras» remite a la discusión como dialéctica en la que se puede llegar a un punto de no retorno, tras el cual solamente el silencio y la distancia permiten avanzar. «Siempre» ahonda en el sentimiento de la soledad, antes de llegar a «Gente normal». Tema que fantasea sobre la existencia de una persona genuina y normativamente ‘normal’, y sobre si esa persona se encuentra aislada tras una muralla social que le impide expresarse con plenitud. La cara A termina con la instrumental «No tengas miedo» y la B arranca con una llamada a trascender nuestros roles preestablecidos: «La noche despierto». Le sigue «Lo que quiero decir», donde se reconocen los límites del lenguaje y el reto de la comunicación, para llegar al «Misterio» de cómo afrontar el ímpetu de la ansiedad. Según nos acercamos al final del disco, un segundo instrumental homónimo nos baja a «Tierra». Canción sobre la muerte y su valor vital para entender el fantasma de la ausencia como referente de nuestra existencia.