Atoms For Peace o cómo Thom Yorke se libró de la oscuridad

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Atoms For Peace o cómo Thom Yorke se libró de la oscuridad - theborderlinemusic.com

El líder de Radiohead se ha convertido en uno de los artistas más enigmáticos y polifacéticos de la industria musical. Su aspecto desaliñado, su particular voz, que en algunas canciones parece transformarse en un lamento, y su arrolladora personalidad le han convertido en un músico de culto, en un cantante respetado por sus diversas incursiones musicales. El diario británico The Guardian ha publicado una entrevista con Thom Yorke, donde este ha explicado qué ha significado para él, emocionalmente, la formación de Atoms for Peace: «Si no puedo disfrutar de esto ahora, ¿cuándo empiezo?»

Durante más de veinte años de carrera, a Thom Yorke le han colgado un gran número de etiquetas relacionadas con su estado de animo y el estilo musical de Radiohead: «torturados», «plagado de angustia» o «intenso» son algunas de las palabras que siempre se han relacionado con uno de los grupos de rock más importantes y originales de los últimos tiempos. Pero, ¿en qué ha cambiado Thom Yorke con su nuevo proyecto?

Atoms for Peace nació en el año 2009, cuando Thom Yorke estaba en plena campaña de promoción de su único disco en solitario. El cantante y compositor reconoce que nunca le gustó la idea de que le consideraran un solista cuando firmó The Eraser en 2006: «No quiero escuchar mierda sobre mí, que soy un traidor o que nos estamos desintegrando… bla bla bla, este proyecto lo hice con la bendición de los integrantes de Radiohead. Así que no quiero escuchar la palabra en solitario». Este disco también fue producido por su hombre de confianza, Nigel Godrich, que se ha convertido en su mejor colaborador gracias a la formación del nuevo grupo. En The Eraser, Yorke ya dejó entrever lo que vendría después con Atoms for Peace: canciones con bases electrónicas, sin una estructura clara y sin unas melodías bien definidas, donde él podía dar rienda suelta a su creatividad y a su capacidad vocal.

Tras la grabación de este disco, Thom Yorke estaba realmente intrigado por saber si podría llevar a un escenario las nuevas canciones, nacidas en su cabeza y plasmadas en un ordenador. Por eso, en 2009, reunió a un grupo de músicos para dar rienda suelta a su nueva creación. Flea, el bajista de los Red Hot Chili Peppers; Joey Waronker, el batería de Beck y REM; Mauro Refosco y Nigel Godrich fueron loe elegidos para sacar adelante su música en vivo por primera vez en la ciudad de Los Ángeles: «Hicimos una canción llamada The Clock y sonaba como una bomba, era simplemente increíble. The Eraser era un disco para escuchar con auriculares, así que poder escucharlo en una habitación fue bastante emotivo para mí».

 

Una reunión con músicos tan talentosos -a Yorke no le gusta demasiado la definición de supergrupo- no podía quedarse únicamente en un experimento. La banda empezó sin un nombre y se hacían llamar «??????», pero acabaron eligiendo Atoms for Peace, el título de una de las canciones de The Eraser y el antiguo lema de la Agencia Internacional de Energía Atómica. El grupo fue creciendo en borracheras conjuntas y escuchando a Fela Kuti. Por eso, al final acabaron encerrándose en un estudio de grabación durante tres días: «Tenía pequeñas ideas, ritmos principalmente», dice Yorke. Grabaron diez horas de música, a las que añadieron letras y la producción de Godrich. Así nació Amok, un disco con el que Thom Yorke se ha sentido liberado y se ha convertido en una especia de manifiesto de luminosidad, un álbum que desprende menos negatividad que los discos de Radiohead.

Cuando originalmente escribí que ‘no iba a ir más por el lado oscuro’, era una forma de tomar el pelo a la gente. Y la ironía es que con Radiohead acababa de hacer una gran gira mundial el año pasado y en gran medida fue uno de los mejores momentos de mi vida. Pero sí, la idea era, por una vez en mi vida, disfrutar de esta energía y no dejarla de lado. Nigel [Godrich] estaba constantemente repitiéndome: ‘¡No lo hagas oscuro!’

Por lo tanto, Amok se podría considerar un disco menos introspectivo, donde Thom Yorke ha querido disfrutar de la creación musical, dejando atrás sus demonios pasados. Un alivio para el cantante, que también narra otros buenos momentos vividos con el grupo. Mientras estaba en California, gracias al consejo de Flea, Yorke se convirtió en un aficionado al surf, porque ha aprendido que es buen ejercicio de paciencia que puede aplicar cuando entra a grabar al estudio: «Es como cuando estás en la tabla esperando a que llegue la ola perfecta. No puedes enfadarte por ello. Tú sabes que va a terminar pasando con el tiempo y empiezas a entender que la espera forma parte de la propia diversión».

Es evidente que Thom Yorke ha encontrado un nuevo equilibrio vital, basado en «correr, el yoga y la meditación». Interpretando sus palabras, parece que empieza a disfrutar de la vida y de su profesión de una manera diferente. En este sentido, espera que su música se acerque más a sus sentimientos y a su experiencia del día a día.

Espero que mis ideas surjan de un lugar diferente, ¡porque mi vida ha cambiado mucho en más de 20 años haciendo esto! Espero que hayan cambiado de la misma manera que los tiempos han cambiado.

Aunque todavía anote mis ideas en cuadernos, las canciones han cambiado de la misma manera que los sonidos e instrumentos musicales y técnicas que me atraen han cambiado. La manera en la que encuentro las formas o los acordes es muy aleatorio. Como ir a tientas en la oscuridad. De vez en cuando, un nuevo tipo de luz brilla en lo que tienes y en lo que tendrás… entonces seguiremos adelante. Y entonces estás de nuevo en la oscuridad.

Atoms for Peace han creado unas nuevas atmósferas electrónicas que combinan a la perfección con la emotiva voz de Thom Yorke y la afropercusión de Waronker y Refosco. El cantante de Radiohead explica también en qué manera ha cambiado su proceso musical y la utilización de nuevas herramientas: «¿Amo hacer beats en mi ordenador portátil? No es como escribir canciones, para mí es lo mismo que tocar el piano o la guitarra durante horas y dar con riffs que me gustaría convertir en canciones. Por el momento estoy disfrutando mucho más con mis sintetizadores y mis samplers para llegar a ideas melódicas». Además, Thom Yorke se está convirtiendo en un DJ entusiasta, porque pinchar es una nueva manera de relacionarse con el público, sin la presión que tienes tocando en un concierto. Al igual que sucede con Atoms for Peace, puede experimentar combinando el sonido digitalizado y en directo.

Cuando estoy pinchando, siempre pongo una canción afrobeat entre las pistas de baile de la misma velocidad, ya que de repente se suelta todo. Es más humano.

En esta entrevista, Thom Yorke también ha vuelto a opinar sobre la industria musical, a la que ha denominado como: «un perro hambriento mordiéndose la cola». Una respuesta irónica y muy acertada, ya que la industria sigue peleando contra las descargas online, mientras que estas se han convertido en su principal sustento. Y es que Yorke nunca ha estado a favor del modelo de negocio establecido y siempre ha proclamado que a la industria musical le quedaban meses de vida. Radiohead revolucionó la manera de vender disco en 2007, cuando autoeditaron su disco In Rainbows y lo distribuyeron por Internet permitiendo a la gente elegir el precio que querían pagar por la descarga digital. Seis años después, el artista es un poco más escéptico acerca de este mundo. Con In Rainbows creían haber desafiado a la industria dominada por las corporaciones musicales, pero ahora teme caer dentro del juego de otras empresas como Apple o Google, empresas que en su opinión se dedican a mercantilizar todos los bienes culturales, privando de valor a la música y a los periódicos, para poder ganar miles de millones.

fuente: cucharasonica

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