nuevo disco de Iron Maiden

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Además de los conciertos de la gira, la banda planea grabar un nuevo álbum que, si todo va según lo planeado, saldrá a la venta en 2014.

Las de arriba son palabras de Bruce Dickinson, el carismático y polifacético vocalista de Iron Maiden en una reciente entrevista para la web sueca Talarforum. Sí, se planea un nuevo disco de Iron Maiden para 2014. La noticia comienza a propagarse a través de blogs, webzines y foros. La «fiebre Maiden» hace sudar a las hordas metaleras, y toda la escena heavy se vuelve loca. Sin embargo, algunos fans de la Doncella nos sentimos contrariados.

Desde el reencuentro entre Dickinson y sus, por aquel entonces, ex-compañeros en el año 1999, se puede decir que Iron Maiden viven una segunda juventud. Su nueva era ha cosechado éxito tras éxito, y el grupo se ha asentado completamente en el trono del heavy metal clásico a base de logros únicos. Iron Maiden es la banda que modificó su propio jet privado para que éste, pilotado por Bruce Dickinson, pudiera transportar todo el equipo sonoro y personal de la banda a través del océano, y realizar una gira por Sudamérica, llegando a ciudades -y a fans- a las que de otra forma no hubiera sido posible. Algo muy distinto, sin embargo, opino sobre su reciente trabajo de composición.

Para mí, Brave New World fue su última gran obra. Supuso un excelente retorno al estudio, actualizando su sonido, pero aún facturando grandísimas piezas de estribillos épicos, con arpegios a tres guitarras que realmente aportaban frescura al género. Dance Of Dead, A Matter Of Life And Death y The Final Frontier fueron tres álbumes con muchas buenas canciones, algo de relleno en muchos tramos, y un tono general mucho más maduro y aburrido. Explotaron su lado más progresivo de Seventh Son Of A Seventh Son, y surgieron canciones largas, de hasta diez minutos, con melodías apasionantes a ratos, sosas a tramos.

Por supuesto, a estas alturas ni se me ocurre esperar una vuelta a los viejos tiempos, a las canciones que ametrallaban con guitarras. Por ello, un quinto disco de Iron Maiden tras su regreso, no es una idea que me embriague de felicidad. Una nueva decena de cortes largos, difíciles de seguir en directo, y de las que se digieren tras diez escuchas, no es lo que sueño con recibir de una de mis bandas favoritas. También sería ingenuo el esperar un nuevo Powerslave, por lo que prefiero leer entre las líneas de la noticia.

Para quienes no confiamos en el trabajo de estudio de la Doncella, esta no deja de ser una buena noticia. Pecan de hacer caja con directos y recopilatorios hasta el hartazgo, sí, pero en directo es una banda única, y gestos como el de la gira sudamericana les hace especiales, queridos y necesarios en el panorama. Les empieza a pesar la edad -menos a Dickinson, que se come el escenario cual veinteañero y canta mejor que nunca-, pero siguen corriendo de lado a lado durante casi dos horas, y cuentan con una experiencia que pocos pueden equiparar. «Nuevo disco de Iron Maiden», en mi cabeza, se traduce como «tendremos Doncella durante, al menos, un año más». Su actual aporte al panorama, poco estrictamente compositivo es, a la vez, el legado que nunca terminan de generar.

No, necesario no es. No obstante, en nuestro pequeño submundo musical, en la que los acordes de guitarra eléctrica suenan como truenos en grandes recintos, con eventos donde el vestir mallas y zapatillas tobilleras sigue siendo cool, no viene nada mal. Que una leyenda como Iron Maiden se mantenga en tal forma, y se encuentre lejos de arrastrarse por los tablados cual abuelo resistente a la jubilación, siempre será buena noticia. Además, podremos verlos pronto en España con un setlist de infarto, siendo una buena ocasión de olvidarnos de sus recientes y futuros trabajos de estudio, y disfrutar de la banda más grande del heavy metal sobre un escenario.

fuente: cucharasonica

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